Al haber echado la vista atrás en mi vida, he recordado aquella ilusión que tenía por ser maestra. Siempre pensamos que queremos ser de una manera u de otra pero, realmente ¿nos paramos a pensar en ello? Es difícil aclarar las ideas, saber qué tipo de profesional queremos ser, qué nos hace falta para ser perfectos...
Pero una vez más, me inclino hacia nuestros anhelos. Aquellas esperanzas que tenemos en la vida para ser de una manera que les guste a todos, pero sobre todo, A NOSOTRAS mismas.
¿Mi profesora ideal? Aquella que valga para el mundo del arte, aquella que no se avergüence de nada, que no tenga miedo a hablar, aquella que no se parece tanto a mi pero que puede que no esté tan lejos.
Y tu profesora ideal, ¿cómo sería?
Dedícate un par de minutos a ti misma para pensar cómo quieres ser en tu futuro.
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